¿Sabías que Asturias alberga un impresionante patrimonio natural subterráneo? ¿Te gusta explorar y vivir aventuras? Si la respuesta es sí, continúa leyendo este artículo que hoy te traigo, donde te mostraré cinco cuevas fascinantes que no te puedes perder, todas ellas muy distintas pero a cada cual más bella.
Estas cuevas no solo revelan la riqueza geológica de Asturias, sino también su conexión con la historia y la tradición. Desde enormes cavernas hasta santuarios naturales, cada una de ellas tiene una historia fascinante por descubrir.
1. Cueva Huerta
Situada en el concejo de Teverga, dentro del Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, la Cueva Huerta es una de las mayores cavidades de Asturias, con más de 14 km de longitud. Este impresionante sistema kárstico es ideal para los aficionados a la espeleología, ya que cuenta con una vasta red de galerías y cámaras. Sin embargo, una parte de la cueva está abierta al público general, permitiendo disfrutar de sus formaciones rocosas sin necesidad de equipo especializado. Te adentras en la impresionante cavidad mediante unas pasarelas de madera, sin más luz que la pequeña linterna que llevas en el casco.
Además de su interés geológico, la cueva es un refugio importante para varias especies de murciélagos, lo que subraya su valor ecológico. Está declara Monumento Natural.
Tarifas: adultos (a partir de 13 años) 5€, niños 3 a 12 años 4€, infantil 2 a 3 años gratuito.
La duración de la visita es de aproximadamente 1 hora.
Los horarios varían en función de la época del año, hay varios pases diarios. Os dejo aquí la web donde consultar los horarios. Horarios
Hay parking gratuito (aunque no muy grande) en el área recreativa de Cueva Huerta (punto de encuentro donde se inicia la visita)
2. La Cuevona
La Cuevona situada en el concejo de Ribadesella, es una cueva natural que además de ser una joya geológica es también la puerta de entrada al pintoresco pueblo de Cuevas del Agua. Lo que la hace única es que está atravesada por una carretera. Un túnel natural de más de 300 metros que conecta el mundo exterior con este singular enclave rural.
El acceso a La Cuevona es toda una experiencia. A diferencia de otras cuevas que se exploran a pie o en visitas guiadas, aquí los vehículos circulan por el interior de esta maravilla de la naturaleza. Conducir por La Cuevona es una sensación fascinante, como si estuvieras atravesando un portal hacia otro mundo. Sin embargo, para quienes prefieren disfrutarla a pie, el paseo es igualmente espectacular. Al caminar por su interior, se puede apreciar la inmensidad de sus formaciones rocosas y el juego de luces que realza la belleza de las estalactitas y estalagmitas.
Os recomiendo recorrer la Cuevona caminando para que podáis contemplar con todo detalle sus espectaculares formaciones geológicas.
Utiliza calzado cómodo, el suelo es resbaladizo.
3. Cueva Deboyu
La Cueva Deboyu se encuentra en el concejo de Caso, dentro del Parque Natural de Redes, un espacio protegido de la montaña asturiana. Esta singular formación es un atractivo natural debido a su morfología y su conexión con el río Nalón, que atraviesa la cueva en su curso. Con su entrada ubicada junto a la carretera que va de Campo de Caso a Tarna, Deboyu es fácilmente accesible y forma parte de uno de los paisajes naturales más impresionantes de Asturias. Está declarado Monumento Natural.
La cueva se formó a lo largo de miles de años como resultado de la erosión provocada por el río Nalón. Este proceso kárstico ha moldeado la roca caliza, creando un túnel natural de aproximadamente 200 metros de longitud. En su interior, el río discurre de manera tranquila en épocas de sequía, pero en momentos de lluvias intensas y crecidas, la cueva se inunda, lo que intensifica la sensación de que el agua “desaparece” bajo la tierra, un fenómeno que ha fascinado a lugareños y visitantes durante siglos.
Hay que bajar unas escaleras para llegar a la zona donde se encuentra la cueva.
Es un sitio ideal para hacer picnic, hay área recreativa con mesas y bancos. Si lo prefieres arriba junto al parking hay bar restaurante.
4. Cueva de San Pedrín
La cueva de San Pedrín es un túnel cárstico de aproximadamente 80 metros de longitud, con anchuras y alturas que varían de manera impredecible, tal como la naturaleza lo ha moldeado. En su interior se pueden apreciar oquedades, estalactitas y diversas formaciones. Fue refugio del hombre primitivo, como lo han demostrado recientes excavaciones, y se cree que pudo haber sido escenario de antiguos ritos o cultos precristianos.
Su belleza y singularidad son algunos de los motivos por los que, cada mes de agosto, cientos de personas se congregan allí para celebrar la festividad de San Pedrín. Es una cita imprescindible del verano asturiano y un excelente ejemplo de la perfecta fusión entre naturaleza y cultura. La procesión de San Pedrín de la Cueva es especialmente conocida. En ella, el santo es trasladado desde su capilla habitual hasta la cueva, donde se celebra una misa en asturiano.
Para acceder a la cueva debes dejar el coche en la carretera, aproximadamente 150 metros antes del acceso al sendero de bajada, hay un apartadero bastante amplio junto a unos bancos (caben unos 3 o 4 coches).
Llegar a la cueva es muy sencillo, en un paseo de unos cinco minutos atravesamos un bosque precioso mediante un sendero, cruzamos un puente de madera y veremos la entrada a la cueva.
La cueva carece de iluminación así que es aconsejable llevar linterna para atravesarla.
5. Cueva de Cobijeru
Enclavada en la costa oriental de Asturias, cerca del pequeño pueblo de Buelna en el concejo de Llanes, se encuentra uno de los tesoros geológicos más sorprendentes y menos conocidos de la región: la Cueva de Cobijeru. Este rincón mágico combina la majestuosidad de una cueva terrestre con la singularidad de una playa interior, ofreciendo a los visitantes una experiencia única que conecta la montaña con el mar en un entorno natural impresionante.
Lo que hace de la Cueva de Cobijeru un lugar tan fascinante es su conexión con la Playa de Cobijeru, una playa completamente escondida que solo aparece cuando la marea está alta. A diferencia de las playas tradicionales, esta playa se encuentra tierra adentro, dentro de un entorno rocoso y protegido, alimentada por el agua que se filtra a través de las rocas desde el mar Cantábrico. El resultado es un espacio de arena y agua salada que parece surgir de la nada, rodeado por formaciones calcáreas y vegetación autóctona.
El acceso a la cueva y a la playa no es complicado, aunque requiere algo de exploración. Desde el pueblo de Buelna, una pequeña caminata de unos 15 minutos por un sendero te lleva hasta este rincón escondido. La ruta, aunque sencilla, está cargada de encanto, pasando entre prados verdes y pequeñas formaciones rocosas hasta llegar a la entrada de la cueva.
La cueva es de tamaño medio, con varias galerías que se adentran en la montaña, y aunque su recorrido no es extenso, la belleza de sus formaciones compensa con creces. Además, al final de la cueva se puede escuchar el rugido del mar, recordando que, aunque estemos bajo tierra, el Cantábrico sigue presente, filtrándose a través de las rocas y conectando la cueva con el océano.
Acceder en marea baja, recorrer la cueva con sumo cuidado (vigilar donde ponemos el pie) y no aproximarse hasta el último tramo de caída al agua, tener en cuenta que la marea es imprevisible y un golpe de mar nos puede arrastrar con terribles consecuencias.
Imprescindible llevar linterna.
Hola a todos, mi nombre es Vir, nací en Madrid, pero desde hace 7 años resido en Asturias y me considero asturiana de adopción y de corazón.
Me apasiona viajar, descubrir cada rincón de Asturias y recorrer la geografía española.
Viajo siempre acompañada de mi novio Jose, sin él nada de esto sería posible, ya que es él quien me ayuda con toda la parte técnica, hace de fotógrafo y conduce a todos y cada uno de los lugares que visitamos…